lunes, 1 de septiembre de 2008

Bardoleiro

Desde hace algunos años (más o menos desde que decidí que me gustaba este asunto de tener discos) he desarrollado una cierta capacidad para asegurarme la obtención de discos sin pagar. La efectividad de los variados métodos, si bien tan variable como los métodos mismos, que no tienen porque ser mencionados aquí, tuvo como resultado tangible una buena cantidad de álbumes con las hermosas, cuasi deliciosas, divinas palabras: "Material de difusión. Prohibida su venta".

El problema inherente a esa forma de procurarse música es que uno no tiene exactamente posibilidad de elegir lo que le dan. Pero como es gratis, uno acepta. De esa manera me llevé agradables sorpresas y no tan agradables decepciones.

Cuando me llegó de arriba un disco del uruguayo Fernando Cabrera llamado Bardo, debo admitir, para mi vergüenza, que no conocía a nadie al que llamaran "el uruguayo Fernando Cabrera" ni sabía de la existencia de un disco llamado "Bardo". Al principio consideré el juego de palabras del título: ¿Es un bardo o hace bardo? Pero no pude determinar, sólo por eso, si el contenido del disco me agradaría o no.

Lo puse en el reproductor de la PC. Al primer tema del disco no le presté mucha atención porque estaba jugando al Buscaminas, la segunda canción: "Despacio por las piedras" (que no es el tema de hoy) me hizo explotar la cabeza (metafórica y literalmente, en el Buscaminas). Cuando llegué al tema cuatro del disco ya era fan.

El tema en cuestión se llama "Diseño de interiores" y me encanta porque me remite, además, a la trágica historia del Doctor Nicolás Trurl que por la decada del treinta (1630) fue el primero en asegurar que la medicina y la arquitectura podían unirse para formar una nueva disciplina. Aquí podemos verlo retratado por Rembrandt en 1632.



Por suerte para todos, a diferencia del Dr. Trurl, el uruguayo Fernando Cabrera sí es reconocido por todos los que escuchan su música. Aunque estén jugando al Buscaminas.

Boomp3.com

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